Escuchar con los ojos y ver con el corazón …
Todos tenemos momentos en que nos quedamos a merced de nuestros propios recursos. Es entonces cuando sabemos de qué estamos hechos y cuanto somos capaces de hacer para batallar y continuar adelante. Allí es donde encontramos nuestra fortaleza e incluso nuestro destino.
Batallamos los desafíos que provienen del lado más oscuro, y al mismo tiempo somos capaces de rehacernos una y otra vez, inspirándonos con la belleza que está allí mismo. Porque a través de la oscuridad más espesa también podemos sacar nuestra luz interior y hacer que brille de manera más intensa.
Recuerda que por más sinuoso que sea nuestro camino, siempre podemos cultivarnos y crecer. Solo tenemos que generar nuestro vacío para que nuestro camino florezca una y otra vez y estar así a la altura de la ocasión.
Porque si algo es bueno hay que dejar que aumente, aquí es donde entra en juego nuestro crecimiento interior, nuestra personalidad, aptitudes y sentimientos.
Solo viendo hacia atrás podrás apreciar la orquestación de la partitura y solo invirtiendo los sentidos sabrás escuchar con los ojos y ver con el corazón.