La Libertad llega a partir de dar
y no de tomar …
Siempre aférrate a lo básico para que la frescura de la renovación llegue más fácilmente y así cuanto más abrimos nuestro corazón más hacemos a un lado los adornos, porque la sencillez y la sobriedad son una.
Recuerda que el saber ser, el saber estar y el saber hacer se funden en la habilidad, activándolos en un entorno concreto para potenciar la gestión de los recursos disponibles y la creatividad. Porque aprovechar la oportunidad es crítico.
La transformación y la renovación van juntas, es dar un paso o dar un salto depende del nivel de observación, y así en lo profundo, en lo íntimo, florece el dominio de la voluntad personal.
Porque la Libertad, es la habilidad de decidir y no dejar que otros nos definan, ni que otros decidan cómo sentimos.
Es saber elevarnos por encima de nuestras respuestas instintivas ante el comportamiento de los demás, porque la Libertad es autodeterminación.
Esto implica que no podemos controlar cómo se comportan los demás, pero sí podemos controlar el sentimiento que alimentamos.
Porque la vida es en una pequeña parte lo que te ocurre y una gran parte la forma en que respondes a eso que te ocurre.